Según la OMS, una infección hospitalaria,
también llamada infección nosocomial (IN), es una infección
que afecta a un paciente durante el proceso de atención en un hospital u otra
instalación de atención sanitaria que no estaba presente o se estaba incubando
en el momento del ingreso. Incluye las infecciones contraídas en el hospital,
pero que se manifiestan después del alta, y también las infecciones
ocupacionales del personal del centro.
El EPINE (Estudio de Prevalencia de la
Infección Nosocomial en España) es un sistema de vigilancia de las
infecciones nosocomiales nacido en 1990. Las características y
los principales objetivos de este sistema son los siguientes:
·
Es un instrumento para la vigilancia de las
infecciones nosocomiales (IN)
·
Permite conocer la situación de cada hospital.
·
Permite conocer la evolución de las IN en
España.
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Facilita indicadores de calidad asistencial.
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Es un corte anual de prevalencia.
·
Amplia cobertura territorial.
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Amplia participación (más de 250 hospitales).
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Se desarrolla una vez al año (Mayo).
·
Incluye solo hospitales de agudos de más de 100
camas.
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Participación voluntaria de los hospitales.
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Comité Consultivo (22 miembros).
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Protocolo común actualizado cada año.
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Recogida de datos durante dos semanas del mes de
Mayo.
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Datos a recoger (92 ítems): Infecciones
nosocomiales y comunitarias; localización de la infección; factores de riesgo
intrínsecos (del paciente) y extrínsecos (procedimientos asistenciales);
cirugía (tipo, fecha, duración); pruebas microbiológicas realizadas y
resultados; antimicrobianos usados y tipo de indicación.
El proyecto EPINE cuenta con 20 años de
seguimiento y una media de casi 45000 enfermos/año.
La prevalencia de infección
nosocomial ha ido disminuyendo progresivamente, desde un 8,5% en 1990 a un 6,7%
en 2001 y un pequeño aumento al 6,9% en 2005. En 2011 fue del 6,3%, la más baja
registrada.
En cuanto a la mortalidad, entre
el 1% y el 1,5% de los pacientes fallece como consecuencia directa de la
infección hospitalaria. En un 3-4% adicional, la infección actúa como causa contribuyente
de la muerte.
También hay que tener en cuenta los costes.
Una infección hospitalaria prolonga la estancia del paciente en 2-11 días y el
gasto aumenta en un 300% en relación al coste de una hospitalización normal.
Las infecciones nosocomiales son un problema
relevante en los hospitales españoles debido a que en los últimos
tiempos se ha producido un aumento en la complejidad de las intervenciones
realizadas y en la realización de procedimientos invasivos. Además, en los
hospitales hay mayor frecuencia de pacientes con alta susceptibilidad a las
infecciones.
Los agentes infecciosos suelen ser organismos
oportunistas que viven en los hospitales y aprovechan la debilidad de la
persona para invadir su organismo. No todas las personas que están ingresadas
en un centro sanitario son igual de vulnerables frente a estos microorganismos.
Los pacientes geriátricos, los inmunodeprimidos, los que reciben quimioterapia
y los neonatos son las dianas principales de estos agentes oportunistas debido
a que su sistema inmune está debilitado, lo que facilita la colonización de los
microorganismos. Bacterias, virus, hongos y otros patógenos están detrás de
estas infecciones, que suelen ser difíciles de tratar con los antibióticos
habituales.
En cuanto a la fuente de infección
hablamos de:
·
Infección endógena: son los propios
pacientes.
·
Infección exógena: otros pacientes,
personal, etc.
·
La tercera categoría es la adquisición
de flora exógena, seguida de la infección endógena.
El mecanismo de transmisión
puede ser:
·
Directo: a través de las manos del
personal sanitario.
·
Indirecto: a través del agua,
alimentos, fómites, etc.
Por último, en relación al sujeto
susceptible, cabe decir lo siguiente:
- El riesgo intrínseco o endógeno es la
probabilidad de infección subyacente al paciente, conferida por su o sus
enfermedades. Depende de diversos factores: edad, estado de nutrición,
gravedad, naturaleza de la enfermedad de base, etc.
- El riesgo extrínseco es consecuencia
de las maniobras diagnósticas o terapéuticas realizadas durante la
hospitalización debido a las patologías de base o las causas del ingreso.